La Antártida, el séptimo continente. Un desierto nevado y un paraíso para los entusiastas de la vida silvestre. Experimenta la emoción de observar algunas de las especies más extraordinarias del mundo en su entorno natural mientras disfrutan de la libertad y la seguridad de vagar en medio de un entorno helado. Desde un encantador pingüino que camina hacia su nido para alimentar a sus adorables crías, hasta un grupo de orcas que se lanzan a través del océano en busca de su próxima comida, un safari antártico es una experiencia que no olvidarás.
El paisaje es considerablemente diferente de la sabana africana o la jungla costarricense, al igual que las temperaturas, pero la cantidad de vida salvaje que puedes ver, así como la acción y la búsqueda de la fotografía perfecta, son increíbles de todos modos. A diferencia de un safari africano, no viajarás durante horas por caminos de tierra. En cambio, navegarás cómodamente en un barco de primera línea con deliciosa comida y bebidas calientes a mano.
Hay una gran variedad de vida silvestre que puedes observar en la Antártida. En la naturaleza, no se puede garantizar nada, pero tu capitán y tu tripulación estarán atentos a los avistamientos de vida silvestre para maximizar sus posibilidades. ¡Estos son los ‘cinco grandes’ locales para poner en tu lista de ‘para ver’!
Las ballenas jorobadas son las ballenas barbadas más abundantes en la Península Antártica, pero son un espectáculo digno de contemplar. Observa con asombro cómo estos gigantes marinos emergen a la superficie, mostrando sus cuerpos colosales y sumergiéndose con gracia en las profundidades. Las ballenas jorobadas son conocidas por sus inquietantes y hermosos cantos que resuenan a través de las aguas heladas. Dependiendo de las condiciones, ¡incluso podrías escucharlo o sentirlo!
Las focas leopardo, llamadas así por su apariencia de leopardo debido a sus abrigos manchados, seguramente lo impresionarán. Midiendo alrededor de tres metros de largo, estos son cazadores feroces y formidables. Si tienes la suerte de ver uno, observa cómo usan sus poderosas mandíbulas y dientes afilados para alimentarse de focas, peces y calamares más pequeños.
Puedes reconocer a un pingüino Adelia por sus características distintivas: los anillos blancos que rodean sus ojos. Ver estas divertidas criaturas es como ser transportado a un documental sobre la naturaleza. Viviendo en sus innumerables colonias, completamente imperturbables en su hábitat natural, continúan con sus comportamientos infinitamente entretenidos y animados más allá de su imaginación más salvaje. Mira cómo juntan guijarros para construir nidos, ¡a veces robando guijarros de otros pingüinos y metiéndose en peleas!
Los rorcuales comunes son la segunda ballena más larga en el avión, alcanzando casi 26 metros. Desafortunadamente, fueron cazados en exceso en el siglo XX, en parte porque su naturaleza curiosa, amistosa y juguetona los convierte en objetivos fáciles. Aunque la prohibición de la caza de ballenas condujo a su recuperación, solo quedan unos pocos cientos de parejas reproductoras, lo que hace que el avistamiento sea aún más especial.
El albatros errante, con una envergadura de casi diez pies o tres metros, es reconocida como la especie de ave marina más grande. Algunos pueden vivir más de 60 años sin pisar tierra durante los primeros seis años de su vida. Si ves uno volar sin esfuerzo a través del aire fresco de la Antártida, quedarás asombrado. Símbolo de resiliencia y adaptabilidad en uno de los entornos más inhóspitos de la Tierra, esta magnífica criatura es un recordatorio de la increíble diversidad y tenacidad de la vida en nuestro planeta.
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